La ecología y el Canal
La deforestación puede convertirse en uno de los problemas más graves para la vía interoceánica. En los últimos 40 años, el frágil ecosistema se ha visto amenazado por precaristas que han invadido tierras de la Cuenca del Canal, utilizando muchas veces malas prácticas en el uso de los suelos, como ganadería en terrenos con pendientes pronunciadas, extracción indiscriminada de la madera y práctica de la agricultura en tierras poco fértiles. El mal uso de estos recursos incrementa la erosión, y después de ser arrastrada la materia vegetal y mineral de los suelos, se deposita en el fondo de los ríos y lagos acelerando la sedimentación y reduciendo la capacidad de embalse. De no establecerse un programa de siembra de árboles, pasarán muchos años antes de que estos puedan reemplazar la vegetación devastada.
El futuro de la Cuenca del Canal de Panamá dependerá de que se dejen de considerar como ilimitados los recursos naturales y se reconozcan las características únicas de un ecosistema tropical, sus limitaciones y posibilidades. Velar por ello compete principalmente al INRENARE, a la ARI y también a la Comisión Mixta del Medio Ambiente, creada por los tratados vigentes e integrada por representantes de los Gobiernos de los Estados Unidos y Panamá. Pero el tema nos concierne a todos: solo así se podrá planificar un futuro promisorio para la cuenca hidrográfica, el Canal de Panamá y la sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario